El cannabis como planta

Morfología

Cuando pensamos en las plantas, solemos imaginar estructuras verdes y vibrantes con tallos sólidos, una tupida cubierta de hojas y largas raíces blancas. Sin embargo, la historia de la vida vegetal de nuestro planeta se extiende mucho más allá de esta imagen. Los primeros organismos fotosintetizadores surgieron hace más de 3.000 millones de años, viviendo en el agua mucho antes de que las plantas evolucionaran a las formas que hoy reconocemos.

Con el tiempo, esos organismos fueron adquiriendo una serie de adaptaciones esenciales para adecuarse a su entorno cambiante. Al intensificarse la competencia por la luz y los nutrientes, las plantas desarrollaron nuevos mecanismos que les ayudaron a colonizar tierras deshabitadas fuera de las cálidas aguas costeras y a prosperar en las nuevas condiciones poco acogedoras. Estas adaptaciones son ahora visibles en todas las plantas que vemos.

• Una adaptación esencial fue el desarrollo de las hojas, órganos especializados que permitían a las plantas captar la mayor cantidad posible de luz (energía) a la vez que impulsaban el flujo de líquidos dentro del cuerpo de las plantas. Esta luz es la principal (y en la mayoría de los casos única) fuente de energía para las plantas, que convierten en azúcares mediante la fotosíntesis. Las plantas de cannabis tienen dos tipos principales de hojas: hojas de abanico más grandes que crecen alrededor del cuerpo de la planta y hojas de «azúcar» más pequeñas que crecen junto a los cogollos durante la floración. Las hojas de las plantas de cannabis suelen tener 5, 7, 9 o incluso 11 dedos, lo que las hace fácilmente reconocibles.
• Las plantas desarrollaron tallos rígidos que podían mantener las hojas erguidas y transportar agua, nutrientes y azúcares entre los tejidos. Los tallos constan de nudos, donde crecen las hojas y otros tallos, e internudos, que dan a la planta su altura y forma.
• Por último, las plantas desarrollan raíces fuertes, que las mantienen firmes en su sitio mientras extraen agua y nutrientes del suelo. Las plantas de cannabis necesitan un sustrato fértil y bien aireado para desarrollarse y beber mucha agua. Conseguir el equilibrio adecuado entre la ligereza (oxigenación) y la humedad (contenido de agua) del suelo es crucial para cultivar una planta vigorosa.

Reproducción

El cannabis es una planta fascinante y compleja con un ciclo vital centrado en la reproducción sexual y la creación de descendencia. Como planta perenne, el cannabis vive una temporada y muere poco después de producir semillas. El ciclo de vida puede dividirse en dos etapas principales: vegetación y floración.

• Durante la fase de vegetación, la planta de cannabis se centra en la germinación y la formación de masa verde. Este proceso es crucial para el crecimiento y desarrollo de la planta, preparándola para la fase de floración.
• La fase de floración es la parte más crucial del ciclo vital de la planta de cannabis, ya que es durante este periodo cuando la planta produce los cogollos. Los cálices del cannabis son estructuras reproductivas femeninas que contienen pistilos, estructuras similares a pelos que sobresalen del cáliz. Estos cálices, rodeados de hojas azucaradas, crean la forma primaria de una flor femenina o un capullo que suele consumirse.

Conclusión

Durante la floración, las inflorescencias se hipertrofian y se expanden para atrapar la mayor cantidad posible de polen para la fecundación. Mantener las plantas femeninas alejadas de las fuentes de polen es esencial para garantizar unos cogollos de alta calidad. Si la inflorescencia se poliniza, la planta dará prioridad a la producción de semillas sobre la de resina, lo que arruina el proceso de crecimiento de cogollos de alta calidad. Esto significa que los cogollos con semillas en su interior son de menor calidad y no aptos para el consumo.

Aunque las plantas de cannabis macho sólo producen polen y no son útiles para fumar o consumir, desempeñan un papel crucial en la reproducción. El polen, producido por las plantas macho, poliniza las plantas hembra, lo que permite a los cultivadores desarrollar nuevas variedades de cannabis y producir semillas.