Guía de germinación de semillas
Recomendamos tomar una foto en cada paso de este proceso, ya que puede ayudarnos a resolver cualquier problema y proporcionar una garantía de germinación lo más rápido posible.
Las semillas necesitan un flujo estable de agua de calidad aceptable para ablandar la cáscara de la semilla y poner en marcha el algoritmo genéticamente codificado de la germinación. Así, el proceso de remojo o de doblado con una toalla húmeda garantizará que la semilla tenga suficiente humedad para romper la dura cáscara.
No recomendamos plantar las semillas directamente en el medio por el riesgo de que se sequen o reciban cantidades de humedad inconsistentes.
Para la germinación más rápida de tus semillas, sólo necesitarás una toalla de papel, un cierre de cremallera y un poco de agua (con abono si utilizas nutrientes sintéticos).
- Prepare una solución nutritiva con algún fertilizante hidropónico utilizado en vegetación (apunte a ~1-1,5 EC). También puede utilizar agua del grifo si cultiva de forma ecológica. (La ósmosis inversa o el agua destilada pueden dañar las semillas, así que evítala a toda costa).
- Pon las semillas en una toalla de papel, dóblalas un par de veces y colócalas en un plato.
- Rocíe o gotee con cuidado la cantidad de agua suficiente para empapar la toalla.
- Levante este sobre y deje que el exceso de agua vuelva a gotear en el plato.
- Coloque una toalla con semillas en la bolsa zip y ciérrela mientras atrapa algo de aire en su interior.
- Coloque la bolsa en un lugar oscuro, como un armario, y espere entre 24 y 48 horas. (Es esencial mantener las semillas en germinación en la oscuridad y a una temperatura agradable)
- Una vez que la primera raíz haya crecido de 5 a 10 mm, transfiera con cuidado la semilla germinada al medio de cultivo, plantándola con la raíz hacia abajo. (Si la raíz ha crecido dentro de la toalla, en lugar de tirar de ella, recorta el trozo de papel y planta el plantón con él. Cualquier tirón puede dañar las raíces jóvenes y frágiles).
No plante la semilla germinada a más de 2 cm de profundidad, ya que puede limitar su capacidad de brotar. Riegue con cuidado las semillas recién plantadas y asegúrese de que el agua no las arrastra hacia el interior del sustrato.
Transición al aire libre
Inicialmente, la creación de un entorno seguro y controlado en el interior es esencial para optimizar el crecimiento de las plantas cuando pasan del interior al exterior.
Espere hasta que las plantas hayan desarrollado su primer par de hojas, lo que indica que están preparadas para recibir luz solar directa. Para el trasplante, es aconsejable elegir un día nublado o bloquear parcialmente la luz con una bolsa de plástico transparente. Además, acolchar la maceta o el suelo alrededor de la planta ayudará a retener el agua, lo que favorecerá una mayor disponibilidad de humedad y protegerá contra la sequía.